El viento de la playa
trae,
de vez en cuando,
besos noctunos en la arena
y en las hamacas,
abrazos furtivos
de amantes
que se conocieron
esa noche
entre sorbos
de ginebra y soledad.
El viento de la playa
trae
de vez en cuando
la juventud que renace,
impertinente.
trae,
de vez en cuando,
besos noctunos en la arena
y en las hamacas,
abrazos furtivos
de amantes
que se conocieron
esa noche
entre sorbos
de ginebra y soledad.
El viento de la playa
trae
de vez en cuando
la juventud que renace,
impertinente.
8 comentarios:
Maravillosamente impertinente (no en todos los casos, ya...pero no rompamos la poesía).
Esos sorbos de ginebra y soledad, viejos amigos.
Un fuerte abrazo.
La juventud, Juanma, que es hermosa.
Un abrazo
La juventud y ese viento, que seguro que no es el del Estrecho que se lleva los besos y te deja solo la arena.
Juventud, divino tesoro.
Y el viento de la playa, además de arena, trae polvos playeros... Yo pensaba que iba a acabar así, pero te veo tela de comedido.
Hermoso, Julio.
Un abrazo.
Y a veces el viento mueve las hojas del roble armoniosamente, como ahora.
Un abrazo, maejtro.
Me ha encantado...entre sorbos de café,mi lista y esas letras maestro que bordan la tarde calurosa.
Y lo dejo hasta aquí porque no sé que tontería iré a escribir.
De ida y vuelta abrazos.
31 de julio de 2010 22:25
Ah, sí, a mí también me los trae el viento de la playa, pero no me había dado cuenta hasta que he leído tu hermoso poema.
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