Aun conocedor de su destino, el hombre pequeño que vive en la lata de Coca-cola lucha desesperadamente para no caer en las fauces del gigante de dientes amarillos que se la está empinando (la lata): detesta el olor a nicotina.
Extraños compañeros hacen las circunstancias: el botillo y "Laurus"
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Estuvieron hace unas semanas varios amigos a comer que me surtieron de bon
vino, quesos, judías blancas y... tachan, botillo y chorizos leoneses.
Lo de...
Hace 1 día