Ranas inertes
en cajas de cereales:
vence la prosa.
sábado, 30 de octubre de 2010
miércoles, 27 de octubre de 2010
Contra la realidad
Dicen astrónomos,
astrólogos y astrofísicos que
Parece que se han vuelto locos
La luna y sus satélites.
Y la vieja sibila Casandra, sentada en butaca de escay,
Ya no nos cuenta sus historias.
La noche se ha vuelto de un azul grisáceo
Y ya no sirve, ni de lejos, de refugio de enamorados.
Miles de muflones furiosos
Entonan una ceremonial berrea
En los parques:
Los gatos huyen despavoridos,
Temerosos de la integridad de sus cuartos traseros.
sábado, 23 de octubre de 2010
Siempre hermosas
Algunas mujeres vuelan
como las sirenas: viscosas,
delirantes y huidizas.
Otras, en cambio, nadan como
los cuervos: oscuras
impenetrables y tristes...
Hermosas todas,
siempre.
como las sirenas: viscosas,
delirantes y huidizas.
Otras, en cambio, nadan como
los cuervos: oscuras
impenetrables y tristes...
Hermosas todas,
siempre.
miércoles, 20 de octubre de 2010
martes, 12 de octubre de 2010
Oferentes de empleo
La conspicua e irisada obsesión de nuestros mandatarios, elegidos por la mayoría- atención, falacia democrática: la mayoría nunca se equivoca- para ser garantes de lo políticamente correcto, ha arrojado nuevos e inesperados frutos: el señor Griñán nos sugiere que los demandantes de empleo se llamen ahora oferentes.
No hay cosa peor en el mundo que estar mal aconsejado: el nuevo palabro, documentado por el CORDE (corpus diacrónico del español) en el Tratado del divino sacrificio de la misa, de Fray Juan de los Ángeles (1604), lleva aparejada una serie de valores que, creo, no son los que se pretende transmitir. Cualquiera con un poco de conocimiento del idioma sabe que la palabrita connota ciertos valores rituales, ya sean referidos a lo religioso, ya a las prácticas cercanas al aquelarre...
En cualquier caso, lo que le faltaba a un parado es tener que rezarle o rendirse a las plantas de Zapatero, Corbacho o Griñán, santos varones donde los haya...
No hay cosa peor en el mundo que estar mal aconsejado: el nuevo palabro, documentado por el CORDE (corpus diacrónico del español) en el Tratado del divino sacrificio de la misa, de Fray Juan de los Ángeles (1604), lleva aparejada una serie de valores que, creo, no son los que se pretende transmitir. Cualquiera con un poco de conocimiento del idioma sabe que la palabrita connota ciertos valores rituales, ya sean referidos a lo religioso, ya a las prácticas cercanas al aquelarre...
En cualquier caso, lo que le faltaba a un parado es tener que rezarle o rendirse a las plantas de Zapatero, Corbacho o Griñán, santos varones donde los haya...
sábado, 9 de octubre de 2010
El flamenco, patrimonio de la Humanidad
A Rita, con cariño
En estos días se habla, pero desgraciadamente poco, sobre la designación del flamenco como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, una excelente oportunidad para desterrar tópicos y estereotipos y elevar este arte a la categoría que merece.
Yo, trianero, profesor de Literatura, aficionado y modesto letrista, me siento obligado a invitar a quien lea estas letras a firmar para ofrecer su apoyo a tan noble iniciativa.
Pincha aquí
En estos días se habla, pero desgraciadamente poco, sobre la designación del flamenco como patrimonio cultural inmaterial de la Humanidad, una excelente oportunidad para desterrar tópicos y estereotipos y elevar este arte a la categoría que merece.
Yo, trianero, profesor de Literatura, aficionado y modesto letrista, me siento obligado a invitar a quien lea estas letras a firmar para ofrecer su apoyo a tan noble iniciativa.
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viernes, 1 de octubre de 2010
De la humanidad de las mujeres
Aquí donde me veis, siempre he sido un conquistador, un enamoradizo y un ligoncete de playa...hasta que me encerraron en la suave cárcel de amor en la que aún me hallo hoy.
De niño, quizás por el ambiente de mi casa, yo pensaba que las mujeres no habían sido adornadas con el don de expeler gases: recuerdo que tanto en la EGB como en el Bachillerato los chicos pugnábamos por ver quién se rajaba más fuerte, y en ello iba, en parte, nuestra virilidad. Sin embargo, nunca oí peerse a nadie del dulce sexo.
En mi juventud me dediqué, entre otras cosas, a correr fondo. Me entrenaba por aquel entonces en el antiguo polideportivo de Chapina, hoy convertido en cauce del Guadalquivir. Recuerdo que en aquella época me gustaba una chica, cuyo nombre no desvelaré porque yo soy un caballero.
Salíamos a calentar por los recovecos térreos del polideportivo y yo solía ponerme detrás de la interfecta, y así, con la visión de aquel culete divino,calentaba más y mejor.
En una ocasión, mi amiga no se percató de que tres de los atletas íbamos corriendo tras ella, y, a la vuelta de un repecho que había junto al polideportivo, vació sus intestinos (en lo que a materia gaseosa se refiere) con tal ánimo y fruición que mis amigos y yo caímos rendidos a sus plantas, auténticamente descojonados. Ella se dio cuenta; yo, por mi parte, deje de amarla...
De niño, quizás por el ambiente de mi casa, yo pensaba que las mujeres no habían sido adornadas con el don de expeler gases: recuerdo que tanto en la EGB como en el Bachillerato los chicos pugnábamos por ver quién se rajaba más fuerte, y en ello iba, en parte, nuestra virilidad. Sin embargo, nunca oí peerse a nadie del dulce sexo.
En mi juventud me dediqué, entre otras cosas, a correr fondo. Me entrenaba por aquel entonces en el antiguo polideportivo de Chapina, hoy convertido en cauce del Guadalquivir. Recuerdo que en aquella época me gustaba una chica, cuyo nombre no desvelaré porque yo soy un caballero.
Salíamos a calentar por los recovecos térreos del polideportivo y yo solía ponerme detrás de la interfecta, y así, con la visión de aquel culete divino,calentaba más y mejor.
En una ocasión, mi amiga no se percató de que tres de los atletas íbamos corriendo tras ella, y, a la vuelta de un repecho que había junto al polideportivo, vació sus intestinos (en lo que a materia gaseosa se refiere) con tal ánimo y fruición que mis amigos y yo caímos rendidos a sus plantas, auténticamente descojonados. Ella se dio cuenta; yo, por mi parte, deje de amarla...
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