Parece que el amigo Zapatero ha cambiado el guion: ha mandado a casa a César Antonio Molina, un personaje opaco para mi gusto, y ha entronizado en Cultura a Ángeles González-Sinde, presidenta de la Academia del cine y, según dicen ( y así lo acreditan sus galardones), excelsa guionista.
Esperemos que esta señora reescriba el argumento del zapaterismo y nos lleve a buen puerto, que se convierta, como reza el título de su primera película como directora, en La suerte dormida que despierte para animar y sobre todo, que aquí se ven demasiados plumeros, pluralizar la atención de la cultura española, que ningún intelectual tenga que ponerse el simbolito sobre la ceja para cobrar tres duros...Coño, que da vergüenza ajena...