El viento de la playa
trae,
de vez en cuando,
besos noctunos en la arena
y en las hamacas,
abrazos furtivos
de amantes
que se conocieron
esa noche
entre sorbos
de ginebra y soledad.
El viento de la playa
trae
de vez en cuando
la juventud que renace,
impertinente.
trae,
de vez en cuando,
besos noctunos en la arena
y en las hamacas,
abrazos furtivos
de amantes
que se conocieron
esa noche
entre sorbos
de ginebra y soledad.
El viento de la playa
trae
de vez en cuando
la juventud que renace,
impertinente.