viernes, 28 de enero de 2011

Melancolía

Soledad sin silencio,
aliteraciones del alma.
Se repite un rumor:
melancolía.

miércoles, 19 de enero de 2011

Palomitas

Me intriga sobremanera
cómo jadean las palomitas en el microondas.
Parecen, sin dudarlo,
luciérnagas que se aman
rompiéndose en la noche.
Me aportan felicidad,
no de voyeur o auditeur
(en la salada soledad está la clave)

martes, 18 de enero de 2011

El rey pastor

Apacentadas y calmadas sus ovejas, el rey pastor se dio cuenta de que no tenía con quien ir, y lloró...

martes, 11 de enero de 2011

Scout un día, scout siempre



Han llegado hoy a mis manos y estoy pletórico de la emoción. Son del año 1973.

sábado, 8 de enero de 2011

Todos pagan

Allí quedaron graves,
selladas sus palabras,
escritas en el espejo
de vaho de los siglos,
ocultas tras toneladas
de odio incontenible;
se formularon objetivos
de austeridad sentimental
como mayoristas de sentimientos
lloraron
en una pose de dolor incomprensible.

lunes, 3 de enero de 2011

Búsqueda

Todo sería más fácil
si buscase lo que yo busco;
para sentir lo que yo siento
tendría que buscar
murmullos en mi silencio (siempre lejano e inexplicado).
Los parques con sus fuentes
son espejos en los que se mira
la noche, se miran todas las noches
y no encuentran
la raíz última de la vida.

sábado, 1 de enero de 2011

Buscando un anillo

Me comentaba ayer mi querida progenitora algo que le ha ocurrido recientemente, y que probablemente la deje preocupada unos días.
Estaba en su casa plácidamente leyendo un libro o la prensa (ocupaciones de lujo para los que dieron su vida laboral por la patria) cuando llegó la señora que la ayuda en casa:
- Qué anillo tan bonito, J. ¿Dónde te lo has comprado?
- Bonito y barato, P.; me lo compré la semana pasada en la calle x esquina con y.
- Tomo nota, pues me voy a acercar, que se me ha antojado...
Horas después, mi querida madre se acercaba al sitio convenido y, con el despiste que caracteriza a los de mi sangre, entra en la tienda, una tienda que se le antoja oscura y de decoración alternativa, a comprar su anillo.
- Buenos días, señorita, ¿tiene usted anillos?
La dependienta, entre incrédula y morbosilla, le espeta:
- Los tenemos estranguladores, vibradores de silicona, maximus 10 bolas, osito rebelde, sexual soldier...
La actora de mis días, que no sabe mucho inglés, iba notando cómo la cara se le ponía colorada y un desasosiego combinado con apuro la invadía.
- Bueno, disculpe...ummm...creo que me he equivocado de sitio.
Al dirigirse hacia la puerta, se fue dando cuenta del porqué de su extrañeza en torno a la decoración, y su única preocupación entonces era que nadie la viese salir de aquel antro...
Cómo la quiero.