Nunca te bañarás dos veces
en las mismas lágrimas de mujer-
sapiens dixit-
ni acariciarás en varios momentos
la misma piel de sus manos.
La prosa de la vida se impone
como el capataz
a la tropa
de albañiles sudorosos;
manda la antiestética.
Y el amor,
fermentado por los años,
se corrompe
en un viejo vaso
sucio como tú.
EL ALMA DE LA MÚSICA
-
*Recuerdo, por ejemplo, de la época de mis primeros años de juventud,
que un día nuestra cocinera, con lágrimas en los ojos, irrumpió en la
...
Hace 14 horas
2 comentarios:
Mariquita, ¿dó estabas? ¡Nos tenías farticos!
Como siempre un gran poema con un final demoledor.
Un abrazo, amigo.
¿Has visto, Alonso, como se hace de querer? Se lleva más de un mes sin aparecer y luego nos mete esos dos primeros versos de knock out. Lo dicho, un mariquita.
Abrazos.
Publicar un comentario