lunes, 23 de mayo de 2011

Tiempo que come

Solitaria soledad, tiempo que come:
los afectos, los cariños y la poesía...al carajo.
Aquí nada sirve,
solo el viento vano
de una atención impuesta por decreto ley.
Y a veces,
cuando Dios lo quiere,
rezuman los versos
de la pluma caligráfica
y la vida cotidiana
que en nada
se parece al verso.

2 comentarios:

Fernando Moral dijo...

Ya lo dijo D. Guillermo: Devouring time y lo tuyo no le desmerece en pleno s XXI.

Un abrazo.

América dijo...

El tiempo come y alivia a veces,menos mal que tengo tu poesía.
Abrazos de ida y vuelta repartidos.