Todo el mundo tiene manías: muchas veces, en el fondo, no son más que una manifestación de inseguridad, ansiedad o desasosiego; en otras, claras muestras de desequilibrio mental. De cualquier manera, quien esté libre, que tire la primera piedra...
En los próximos días iremos enunciando una serie de costumbres de poca higiene mental. Se recogerán de lo que se cuenta por ahí...
Si alguien puede sentirse purificado, liberado o transformado, me hará un poco más feliz.
Por cierto, nueva reseña en Isla de Siltolá
Por cierto, nueva reseña en Isla de Siltolá
6 comentarios:
A medida que uno envejece, acaba confundiendo la costumbre por norma universal, así que más manías, más insidiosas y más contumaces.
Saludos.
Anda que no, Juan Carlos
Esto va a ser divertido. Me quedo aquí esperando la relación.
Un abrazo.
Espero no defraudarte, Fer
Un abrazo para ti también, y otra copa de manzanilla.
Y cada año que pasa, más manías va cogiendo uno... Bueno, más que uno, yo mismo. Je, je, je.
Habrá que ver la relación y procuraremos enriquecerla con aportaciones propias.
Un abrazo, amigo.
Felicitaciones ya lei la reseña en Isla de Siltolá .
Atenta a esto de las manías,tengo la impresión que por lo general pensamos son los demás las que las tienen.
Abrazos de ida y vuelta!
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