Existen palabras que para algunos individuos poseen cierto valor mágico, y el simple hecho de emplearlas parece que los libra de todos los males imaginables e inimaginables...
Joaquín es ejecutivo de una importante corporación publicitaria. Lleva veinte años en el tajo y es un trabajador respetado y admirado por sus compañeros y- por qué no decirlo-amado en secreto por algunas de sus compañeras.
El desarrollo de sus actividades es aparentemente normal, pero lo que los demás no saben es que cada vez que va a hacer algo invoca ritualmente el nombre de dos antiguas compañeras de trabajo (Elena Real Moral y Rosa Lama Azuque). Si al pronunciar sus nombres no acude a la mente de nuestro amigo su imagen, vuelve a repetir lo que esté haciendo hasta que consigue la anhelada correspondencia.
Pongamos un ejemplo: Joaquín se levanta cada mañana y se fuma un cigarrillo en la terraza antes de ir al excusado (como todo cristiano). Cuando va a correr el cierre, lo hace una media de ocho veces cada mañana. Si en alguna ocasión no logra la citada correspondencia fonoicónica está todo el día hecho un asco...Cosas.
5 comentarios:
¿Lo qué...? Pues sí que es rara la manía. Se llaman TOC ¿no?
Un abrazo.
Buena pinta tiene la serie. Puedes compilarla en un volumen: compendio de insanias fabuladas.
Saludos.
Todos tenemos manías. Algunas confesables.
No sé si estás haciendo un catálogo, pero de esas que se pueden confesar te iré contando algunas, por si sirven.
Cuelgo las camisas en el armario con los botones hacia la izquierda y perfectamente ordenadas... por tonos y colores. No creo que sea el único, pero como me conoces bien, viniendo de mí no te extrañará.
Una tiranía poseer tal manía!...Esto promete lo asumo como comenta Alejandro Todos tenemos manías. Algunas confesables.
Abrazos de ida y vuelta amigo querido.
Donde están el comentario que dejé ayer,creo que se perdieron todas las visitas que realicé.???????
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