Aquel joven caballero,
corredor de maratón galante
y sutil,
castigador del hastío
presumido y nada pendenciero,
ha dado paso,
hace ya mucho
-demasiado-
a un pater familias
convencional y seco.
La savia juvenil
(verde y fresca)
se la bebió a borbotones
su mirada de pícaro.
El puto tiempo, enemigo.
Hace 5 días
12 comentarios:
¡Que no estás tan mal...! Je, je, je. ¡Que no eres tan convencional...! Jua, jua, jua...
Demasiado autobiográfico.
Un abrazo, amigo.
Qué bueno, abuelete jejeje.
Que no hombre, que no. El tronco -del roble- habrá perdido flexibilidad, pero ha ganado en majestad. Y la mirada pícara sigue ahí.
Ubi est el abrazo?
Con permiso y venia de M, tendré que decirte en público lo que ya escribí otra vez: Julio, tú eres como el capitán James McKay, el de Horizontes lejanos.
Ea, venga, os veo el sábado.
"Horizontes de grandeza" era, no lejanos, por Dios.
Gracias, Opi. Un abrazo
Abuelete yo, ja...Mi tronco poco flexible, ja también
Un erecto abrazo, Fer
Pero un poco más bajito, Aurora.
Un beso y hasta el sábado
Si, pero aún queda mucha chispa en su palabra,y en su mirada no digamos...y fantástica familia la tuya, no una cualquiera.Anda que no te quedan años pa seguir llenándonos de chispa.AnónimoE
El maratón de la vida, qué es semejante maratón para usted, nada, nada de nada, se lo ventila en un pis pas, que el que tuvo retuvo.
Abrazos
Querido amigo algunas cosas se transforman con el tiempo y se pierde y se ganan otras,como dice capitán,el que tuvo retuvo....
Un abrazo enorme de ida y vuelta.
A ver, chaval nada convencional, que si eras seco ( que creo que no) ya lo eras antes ( como dice un conocido, el que nace cochino se muere lechón). Por cierto, te recuerdo que esa savia de la que hablas no se va, sólo hay que moverla para que no solidifique. Un beso brother.
Lo dije al revés, el que nace lechón se muere cochino, perdona.
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