Creo que a veces es más difícil
seguir un camino que encontrarlo
y pedir perdón por gritar
cuando se le han visto las garras
a un lobo que no existe.
Y en el fondo, ¿qué más dan
veinte minutos que sesenta
o tres vueltas que dos?
Nuestra vida no es un microondas
ni un horno convencional:
es una flor que a veces miramos
incapaces de olerla.
Altarcitos y privilegios
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Es un privilegio entrar en casa de alguien siempre. Y así lo tengo, por
privilegio.
***
Subimos a casa de I., su piso soleado, la luz entrando con tod...
Hace 5 días
10 comentarios:
Nuestra vida está cocinada Julio.
Un fuerte abrazo.
Vuelven los megafinales a los poemas de este blog.
Un abrazo.
PD: Tú dile a un inspector que es lo mismo veinte minutos que se sesenta, a ver qué te dice ;)
Ay, que a veces es también una flor que se nos marchita...de no regarla y sí, de no olerla.
Siempre fantástico.
Un abrazo.
A veces lo más difícil es cambiar de camino cuando se encuentra, pero ¿qué más dan los minutos?
Un abrazo, filósofo del management
Qué buen antipoeta, y por lo mismo, poeta, eres.
Qué buen antipoeta, y por lo mismo, poeta, eres.
A sus pies... Grande, grande, grande de verdad. Me ha puesto el vello de punta.
Un gran abrazo, amigo.
El desaliento, el splem, el existencialismo deseperanzado...
¡sursum cordam, ya que sabes escribir poesía!
Anda que te anda como la vida misma,ella parece que va a un paso y nosotros a otro...Precioso.
Abrazos compartidos de ida y vuelta.
De acuerdo, ni se la huele a veces, tan torpe una puede ser. Y seguir es más difícil que encontrar, desde luego.
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