Escribo estas líneas después de haber terminado de leer el poemario Montañas de mar (Renacimiento, 2009) del joven poeta sevillano Carlos Violadé. Se trata de un pequeño volumen dividido en cuatro secciones de sugerente título (Luz de luz, Montañas de mar, Balances, La llama) y hermosa factura interior.
La poesía de Carlos es desnuda y conceptual, goza de cierto aroma filosófico y respira un minimalismo probablemente heredado de la formación del autor como arquitecto (muy bueno, por cierto). Su lectura es rápida y agradable, pero exige la vuelta atrás en varias ocasiones para reflexionar sobre propuestas que realiza el artista.
El lector intuitivo probablemente considere Montañas de mar como un producto vanguardista; yo, en cambio, creo que es poesía esencial. Recomiendo sinceramente su lectura.
Un aperitivo:
ETERNIDAD
Toda agua
ha sido
mar.
9 comentarios:
Gracias amigo, lo leeré.
Me han hablado, y tengo interés.
Un abrazo.
Creo que te gustará.
Últimamente veo interesantes críticas a libros que de otra forma no sabría ni que existen, y la lista es creciente, lo apunto.
No hay duda si viene de tu mano la recomendación debe ser una joya,lo apunto desde la distancia.
Un abrazo de ida y vuelta.
Marchando otro de poesía...
Un abrazo
Marchando, Miradme
Me he comprado el libro esta mañana.
Ya te diré.
Si de familia de artistas criados, por cierto, bajo la sombra de tu roble, salen buenos poetas... no será fruto de la casualidad.
Le paso la reseña al Rey Melchor, querido amigo.
A ver si al rey Melchor le gusta...Gracias por la parte que me toca en esta historia.
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