jueves, 7 de mayo de 2009

Carmela

Esta mañana, en el colegio, estábamos ordenando el Departamento de Lengua mi compañero Juan Antonio y yo. Entre muchos papeles, aparecieron unos poemas que le regalé hace muchos, muchos años. Uno de ellos lo escribí, recuerdo, cuando me enteré del fallecimiento de Carmela, mi tata.

Son palabras muy sentidas, salidas del recuerdo de un niño que tuvo que vivir sus primeros años en un pueblo de Cádiz , en el instituto cuya directora era su madre.

A aquella señora que me cuidó y frenó mi innato nerviosismo le vuelvo a dedicar estas letras, desde lo más profundo del alma.





Mi infancia, memorias

de un patio reseco de pueblo,

de un niño jugando, de una cerca

en la que matábamos el tiempo ( qué ilusos).

De una vía abandonada

por la que nunca quiso

pasar ningún tren.

De la vieja Carmela,

que en su sabiduría popular

me enseñó a no dar palos de ciego,

a sonreír sin orgullo, a llamar al perro galgo,

a comerme la pena,

a lavarme el cuerpo cada mañana

y el alma cada noche.

Cuando me despedí de ella,

se me rompió un trozo del pecho,

y lloré, y crecí, y la capital me llamó,

serena pero autoritaria, cargada de ansiedades,

estrés, pena y melancolía.

Y en la ventana de aquel viejo instituto

Carmela seguía sonriendo,

aquella vieja con corazón de niña...

Su marido se lo llevó una bala

Aún lloro su ausencia.



24 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Bellos y sentidos versos a Carmela.

Viva Cádiz, no hay otro igual.

Alejandro dijo...

Precioso Julio, con mucho sentimiento. ¿Cuantas Carmelas harían falta para los niños de hoy?
Que suerte la tuya.

América dijo...

Es maravillo leer la semblanza de un profundo amor ,incondicional y puro.
Me ha emocionado leerlo,hay personas tan importantes en nuestra infancia,figuras cuya ascendencia marcan nuestro carácter,un homenaje que no conoce el olvido.

José Miguel Ridao dijo...

Me ha encantado el poema, Julio, es muy emocionante. Se nota que lo sientes muy hondo, y no me exraña.

Juanma dijo...

Sí, querido Julio, esa es la palabra: emocionante. Y muy sincero. Y muy bello poema. Me encanta lo de "comerme la pena". Hay sentimientos que nunca caducan, es imposible que llegue esa caducidad.

Un abrazo.

Julio dijo...

Yo la quise mucho, Javier. En cuanto a lo de Cádiz, lo firmo. Yo no nací allí, pero el povito si fue de esa hermosa tierra.

Julio dijo...

Nunca conocerá el olvido, América. Ayer, cuando mi compañero me devolvió el poema, lloré sin pudor, como un niño.

Julio dijo...

Sí que fue una suerte, Alejandro. La recuerdo con todo el cariño, y como ella seguro que ya no las hay.

Julio dijo...

Gracias, Ridao. Sí que lo siento hondo: hay personas que nos marcan.

Julio dijo...

La caducidad para los yogures, nunca para los sentimientos Juanma. Me alegra verte de nuevo por aquí y muchas gracias.

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Julio, povito o polvito?

Miradme al menos dijo...

Joé, Julio, qué me vas a matar. Se me ha hecho una bola en la garganta que no veas.
El poema es precioso, con unas imágenes para mí muy cercanas, hasta el punto de que pensaba que era yo quien hablaba.
Sobresaliente.

Julio dijo...

Lo de povito era para darle un toque más tierno, Javier...

Julio dijo...

Gracias, Miradme. No me digas esas cosas que se multiplica mi emoción.

Teresa dijo...

"A lavarme el cuerpo cada mañana y el alma cada noche" Casi ná...

Gracias por compartir algo tan íntimo. Besos.

Julio dijo...

Gracias a ti por dejar que lo comparta. Besos a ti, Terita

Rosna dijo...

Hermosos versos , Carmela estará feliz de tal homenaje y abraza su alma , porque ella vive en su corazón Julio san .Me emocionó leer su confesión : lloré ...
Feliz fin de semana .
Yuriko

Rosna dijo...

Hermosos versos , Carmela estará feliz de tal homenaje y abraza su alma , porque ella vive en su corazón Julio san .Me emocionó leer su confesión : lloré ...
Feliz fin de semana .
Yuriko

Rosna dijo...

Uhyyy ...me sale dos veces el mismo mensaje ... Disculpe ,por favor .
Yuriko

Julio dijo...

Querida Yuriko:
Efectivamente, vive en mi corazón. Gracias por tus palabras, amiga.

Máster en Nubes dijo...

Las tatas son inolvidables, precioso poema por todo, por la forma y por el fondo. Me ha emocionado.

Julio dijo...

Muchísimas gracias, Aurora, y bienvenida a mi rincón: estás en tu casa.

Juan Antonio Glez. Romano dijo...

Precioso, Julio. Al final, va a resultar que eres un poeta, por mucho que te lo hayas querido negar durante tanto tiempo...
Un abrazo.

Julio dijo...

Gracias, Juan:
Ya me gustaría, ya, pero tú sabes...