Dime tú, onirista,
si sabes calcular
la edad de mis sueños
(si son nuevos
o están caducados
por la baba lasciva del reloj).
Y en los cálices de plata
del olvido
beberemos las últimas
gotas de mi desesperación.
Sangre
-
Sangre, magma viviente,
licor de la granada
que bombea en el pecho,
¡con qué bravo silencio
te derramas en tierra!
¡Qué borracha de amor
en el cáliz de...
Hace 3 horas
4 comentarios:
100% Ariza, 100% de mi gusto.
Un abrazo.
Va bene, Julius, va.
Alonso
Sin desesperación,absolutamente hermoso.
Abrazos de ida y vuelta.
Aunque uno los estrene, los sueños jamás son nuevos.
Salud, maestro.
Publicar un comentario