El chico no sabía pintar ballenas, ni con el papel lleno de puntos consecutivamente numerados. Imperdonable para alguien de famila marinera. Todos lo miraban de una manera rara: era inconcebible que un Drake fuese incapaz de plasmar en un papel las bellezas del piélago.
Cierto día, un viejo marinero llamado Smith lo tranqulizó:
- No te perocupes: yo no sé pescar arenques, pero cuando me siento pongo más huevos que ellos...
Cierto día, un viejo marinero llamado Smith lo tranqulizó:
- No te perocupes: yo no sé pescar arenques, pero cuando me siento pongo más huevos que ellos...
14 comentarios:
No sabría pintarlas, pero sin duda las llevaba en la cabeza.
Un final digno de Ridao...
Y yo no sé pescar tiburones, pero me importa tres cojones.
Y gracias a Juan Antonio por tenerme como referencia testicular.
Qué bien has rimao, Ridao.
Con dos cojones, Juan.
Seguro que sí, Capitán.
¡Cómo te gustan estos temas, mamoncete!
Un abrazo marinero, hermano.
Hola Julio....A lo mejor no lo interpreto como es debido.
Por que preocuparse,si sabe intuir una tormenta,izar las velas y sabe donde siempre se puede pescar... Y no olvida si está a estribor del horizonte, irá a la izquierda.
Un abrazo.....Atravesando el Atlántico.
Ese cambio de registro me desconcierta Julio.
¡Eres diferente!
Sí que me gustan, Miradme.
Eso dice mi mujer, que soy diferente, pero no sé por qué
Lo interpretas como tiene que ser América. Abrazos de ida y vuelta.
Nuestars carencias nos definen mejor que nuestras habilidades.
Saludos.
Cierto, José Carlos.
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