jueves, 18 de junio de 2009

Mis alumnos

Esta tarde, dentro de un rato, y escribo en bermudas, con el pelo- el poco que me queda-repeinado de fijador, despido a mi promoción de alumnos de Bachillerato de este año.
Todos los años, como este, se me cae alguna que otra lágrima por los momentos compartidos, porque mis chavales (sí, algo míos son) van a realizar una de las ceremonias de entrada en la vida adulta y cada vez me siento menos preparado para echarlos de menos; y cada vez (ya van diecinueve años) me duelen más las despedidas. Hoy, como otras veces, lloraré con lágrimas o sin ellas.

En los rincones del aula
viví vuestra juventud:
ahora lloro de nostalgia.

26 comentarios:

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Ole Julito, ahora te veo.

Un abrazo.

Qué bonito...

Pasión dijo...

Julio preciosa tu entrada.

Me siento deudora de esas Buenas Personas, no tienen precio, sólo con escribirlo lloro pero de alegría.

Un abrazo

Leticia dijo...

¿Qué hubieramos sido sin profes que sintieron así por nosotros?

América dijo...

Un paso más hacia la vida adulta,con sus luces y sus sombras,esa nostalgia no tardara en ser recíproca ,no temo equivocarme, se van con un referente importante en sus vidas haber sido alumnos tuyos.
Un abrazo...

Alejandro dijo...

Hermano, ¿qué quieres que te diga? Que hoy siento que hablas por mí.
No podría ser de otra forma, hemos tenido la misma necesidad. Es una cuestión de justicia.

Alejandro dijo...

Si pudiera grabaría tu poema en las estúpidas orlas que les hemos impuesto. Me queda el consuelo de creer que lo hemos grabado en sus corazones.
Precioso el verso.

Capitán dijo...

Julio, es duro que la satisfacción del trabajo bien hecho, con vocación, se una al dolor de una despedida. El poema lo refleja de maravilla.

Un abrazo

Julio dijo...

Sí que nos hemos visto, pero poco, Javier. Eso es lo malo del individuo multitarea.
Un abrazo.

Julio dijo...

Pues algo distinto de lo que somos, Leticia.
Un beso.

Julio dijo...

Gracias, Pasión. La vocación ayuda a la bondad...

Julio dijo...

Es justo y necesario, Ale...

Julio dijo...

Gracias, América: eres demasiado generosa al calificarme como referente.
Cuánto honor.

Julio dijo...

Gracias, Capìtán. Efectivamente, el dolor no anula la satisfacción.

Julio dijo...

Creo que sí estará en sus corazones, con mis torpes palabras o con nuestra relación con ellos durante estos años.

Miradme al menos dijo...

¡Oh, el dolor del tiempo que huye!

Juan Antonio Glez. Romano dijo...

Estupendo, a pesar del fijador.

Julio dijo...

Juanito:
Lo del fijador, mientras sea para el pelo y no para los dientes...

Julio dijo...

Dolor profundo, Miradme

José Miguel Ridao dijo...

Te digo lo mismo que a Alejandro, Julio, se nota que lo vives, lo sientes y te vuelcas con tus alumnos. Ya os querría yo como profesor de mis hijos.

Julio dijo...

Te lo aseguro

Julio dijo...

Muchas gracias, Ridao. Para mí sería un honor. Telo aseguro

Rosna dijo...

Gracias mi querido Profesor por su bienvenida , aquí de nuevo despacito ,recorriendo mis amadas Bitácoras que alegran mis días .
Precioso relato ,y me trajo recuerdos de mi adolescencia , mis queridos profe ... que nos guaron en una etapa complicada .
Un abrazo apretadito desde la Isla .
Rosna

Rosna dijo...

Pd: mmmm no tengo arreglo Julio san .... soy un desastre para escribir :-)
Guiaron ......
Rosna

Javier Sánchez Menéndez dijo...

Julio, menos tarea y más multi...

Julio dijo...

De eso también, Javier...

Julio dijo...

Lo dicho, Rosna: bienvenida.