A veces, cuando estamos solos, queremos buscar la felicidad en el hecho de saborear un café, en el acto de hablar con nosotros mismos o en la contemplación anodadada, sufí, de una pared en la que no hay nada, salvo los asimétricos trazos de la pintura. En esas ocasiones, nos damos cuenta del valor y la necesidad del silencio, sabemos que nos tenemos, que somos nuestros; acariciamos, aunque sea de lejos, la idea de la felicidad.
El profundo sosiego de las cosas
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En días de tribulación cuánto consuela la lectura de Séneca, el filósofo de
la serenidad, el autor, precisamente, de las "Consolaciones".
El primer auto...
Hace 1 día
18 comentarios:
Vaya ensalada de sentires , pero que bella es la felicidad , llega si , en una voz desde la inmensidad , en un mirar ofreciendo el brillo de las estrellas , dejar que los sueños fluyan ... ha dicho Sufí , me apasiona la danza Sufí , es la danza del corazón ... Preciosa entrada , para los sentimientos cuando se identifican con la vida .
Gracias por compartir este instante de su silencio .
Yuriko
Me ha gustado lo de la pared. Me recuerda a Bartleby el escribiente, y aunque él no encontró la felicidad en la contemplación de un muro, sí encontró la sabiduría.
Mi silencio es de mis amigos, Yuriko.
A ver si encuentro yo la sabiduría, Fernando.
De nuevo la soledad buscada, Julio. Aunque en mi caso, la felicidad que tengo la encuentro cada vez que me estrello con mis compañías.
A veces no es necesario estar solos para disfrutar del silencio. Es más, me encanta cuando estás a gusto con ese alguien especial con quien no sientes la necesidad de hablar para disfrutarlo.
Claro, porque en ese silencio nos podemos escuchar a nosotros mismos. Y ahí unos atisban la felicidad, otros, como dice Fernando Moral, la sabiduría, y por qué no el arte.
Cuántos maravillosos poemas habrán salido de esas conversaciones, de ese sabor del café sublimado por el silencio.
El silencio se agradece,sobre todo el de nosotros, solo si callamos un rato podemos después escucharnos a nosotros mismos,ahora me tomo un buen café mientras te escribo...Cuanto razón tienes....
Son sensaciones distintas, Leticia
En fin, Ale, para gustos...
Gracias, América: es necesaria la introspección.
Sí que es verdad, Enrique: la soledad, espejo del arte
Otra vez me he reconocido en tus palabras. Esto, metemo, va a acabar mal.
Muy bueno, Julillo.
Gracias, Miradme, que acabe como acabe, pero sin mariconeo, je, je.
Un estoico pedante dijo una vez: como afirmaba el ruso Dostoievski un instante de felicidad, uno solo, vale por toda una vida. Un cínico epicúreo le contestó: vaya mierda de vida sería esa.
Estoy de acuerdo con el cínico epicúreo. Saludos y gracias por tu visita, Lucena.
Me ha gustado la caricia, una leve caricia en silencio y soledad.
Un abrazo poeta.
Gracias por lo de poeta, Javier...
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