Nunca escribí yo una décima, pero el chocolate (bebida de monja) que me acabo de tomar ha anulado el efecto de los betabloqueantes y me lanzo al ruedo. Sé que será malita, pero tengo ganas de escribir y no se me ocurre otra cosa (no sé si me explico). Se la dedico a mis queridos amigos fantasmas del blog, a ver si con la dedicatoria consigo una certera captatio benevolentiae.
A veces las redes tienen
mil fantasmas compartidos
que entre burlas y cumplidos
nos relajan y divierten.
Deseo oculto sostienen
de libertad escondida
-por el tiempo retenida
y almacenada en el alma-
que perturba nuestra calma
y sella nuestras heridas.
14 comentarios:
Alguna que otra asonancia se te ha escapado, pero para ser la primera no está mal, nada mal...
Un abrazo, hermano.
Amigo Julio, bendito chocolate, y espero que haya sido de monja y no de moro.
Me ha gustado, muy, pero que muy digna.
Recibe un fuerte abrazo.
Querido Juan Antonio:
son asonancias buscadas, en fin, atajos del experto...Je, je, bromas aparte, gracias por tu benevolencia.
En fin, Javier, al chocolate del moro de momento no le pego. Me conformo con el Chester...
Gracias a ti también por tu amistosa benevolencia.
Me ha gustado y no es un cumplido,es usted aficionado al chocolate?????...
Que quieres decir "al chocolate del moro de momento no le pego. Me conformo con el Chester"...
Don Julio el X, a mí estas mezclas que haces de monjas, chocolates, fantasmas y burlas heridas me encantan.
Bona tarda.
Gracias por el cumplido, querido Miradme.
Sí que me gusta el chocolate, América. El chocolate del moro se refiere a "cigarrillos de la risa", je, je.
Saludos
Maravilloso cierre, pletórico de sentimientos. Un verdadero gusto leerte.
Gracias, Salvador. Lo mismo te digo
No conocía esta faceta tuya. Ya ves, yo acabo de publicar también una décima, un tanto canalla, eso sí. Abrazo.
Abrazo a ti también, Octavio
Si que nos sorprende cuando salta su vena de poeta .
Un abrazo desde la isla .
Yuriko
Gracias, Yuriko. Ya me cuesta, ya...
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