Aun conocedor de su destino, el hombre pequeño que vive en la lata de Coca-cola lucha desesperadamente para no caer en las fauces del gigante de dientes amarillos que se la está empinando (la lata): detesta el olor a nicotina.
De la emoción al desencanto
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Me emociono porque veo que ha salido una novela sobre la Parabere, la
marquesa que no era tal, yo, que tan fan que soy de los libros de recetas y
de coc...
Hace 18 horas
1 comentario:
Bueno, de vez en cuando, no está tan mal cambiar de hogar.
Salud-os
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