No soy de aquellos que sirven
a la aventura inmoral de lo pedestre.
Tampoco hay evidencias que me vinculen
con las prácticas místicas o contemplativas:
solo sé (bueno, sé alguna cosa más)
que me sigo despertando
con la misma tristeza de cuando era niño,
y salto de la cama
como un loco
a fumarme un cigarro y comerme cuatro naranjas
(cinco serían gula, creo).
De la emoción al desencanto
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Me emociono porque veo que ha salido una novela sobre la Parabere, la
marquesa que no era tal, yo, que tan fan que soy de los libros de recetas y
de coc...
Hace 1 día
1 comentario:
Me identifico con todo eso que cuentas y con la manera de contarlo. Y tus finales me gustan mucho.
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