martes, 7 de febrero de 2012

Lo pedestre

No soy de aquellos que sirven
a la aventura inmoral de lo pedestre.
Tampoco hay evidencias que me vinculen
con las prácticas místicas o contemplativas:
solo sé (bueno, sé alguna cosa más)
que me sigo despertando
con la misma tristeza de cuando era niño,
y salto de la cama
como un loco
a fumarme un cigarro y comerme cuatro naranjas
(cinco serían gula, creo).

1 comentario:

Jesús Cotta Lobato dijo...

Me identifico con todo eso que cuentas y con la manera de contarlo. Y tus finales me gustan mucho.