Hace más de veinte años
que, compañeros de viaje,
dejamos de mirar el reloj
o preguntarnos por el sentido
de las cosas que no lo tienen.
Nos hemos despojado
de chaquetas que no nos visten
y sombreros que no nos cubren:
envejecemos juntos : tú, como los buenos vinos,
aromática e intensa; yo,
como la fruta caduca,
ácido, arrugado e impertinente,
haciéndote poemas de estos chocantes
para celebrar tu cumpleaños.
EL ALMA DE LA MÚSICA
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*Recuerdo, por ejemplo, de la época de mis primeros años de juventud,
que un día nuestra cocinera, con lágrimas en los ojos, irrumpió en la
...
Hace 10 horas
1 comentario:
Precioso y elegante. Me hubiera gustado felicitarla en persona. Besos a ambos.L-na
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