Hace más de veinte años
que, compañeros de viaje,
dejamos de mirar el reloj
o preguntarnos por el sentido
de las cosas que no lo tienen.
Nos hemos despojado
de chaquetas que no nos visten
y sombreros que no nos cubren:
envejecemos juntos : tú, como los buenos vinos,
aromática e intensa; yo,
como la fruta caduca,
ácido, arrugado e impertinente,
haciéndote poemas de estos chocantes
para celebrar tu cumpleaños.
Argos
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La muerte del perro Argos en el canto XVII de la Odisea me conmueve más que
cualquier otra en el ciclo homérico.
*Así éstos conversaban. Y un perro que e...
Hace 3 días