
Ayer por la mañana me ocurrió una de esas cosas, Dios santo, de las que sólo me pasan a mí: me dirigía a hacer una gestión bancaria aprovechando que ya no tengo clase en algún curso y , cosas del recorrido, pase por un centro comercial: Observé- sabéis que soy bajito, pero no tonto, y bastante observador-a un grupo de chicas que uniformadas repartían una suerte de folletos. También me percaté de que no se los daban a todo el mundo.
- ¿Qué diantres será?
Al pasar cerca de ellas, una de las jovencitas se me acercó y me ofreció uno.
Solté una carcajada de las que hacen época...