lunes, 15 de diciembre de 2008

Cómo han cambiado las cosas...


Afortunadamente, en asuntos de higiene, las costumbres han dado un giro tangencial: si los niños de hoy, con la actividad física que realizan, tuvieran una higiene tan ocasional, nos daría algo de la peste en clase. Mírese este botón como muestra : un manual de buenas costumbres de 1903.

5 comentarios:

Juan Antonio Glez. Romano dijo...

Hay que tener en cuenta que en esas fechas el agua corriente era un lujo y la caliente, un milagro. En cualquier caso, menos mal que somos maestros a principios de este siglo, y no del anterior...

Sombras Chinescas dijo...

Yo todavía he conocido a gente (ya han fallecido) que no se bañaba jamás porque estaban firmemente convencidos de que era malísimo para la salud.

Saludos.

Julio dijo...

Queridos amigos: me pregunto si dentro de unos años los profesores contarán a sus alumnos escandalizados que nosotros éramos unos guarretes porque solo nos duchábamos una o dos veces al día.

Miradme al menos dijo...

Yo, en alguna ocasión, he tenido que recomendar un repasito en las uñas y en el pelo. De todas formas, con estos fríos, la roña da calorcito. recuredo un caso de un grupo que se negó a entrar en clase porque uno de sus compañeros se había peleado hacía tiempo con el agua. No he de recordarte los calores andaluces.

Octavio dijo...

La mejor ducha es siempre la que se hace en compañía, dónde va usted a parar. Y esas, en muchos casos, sí coinciden con los números de ese manual centenario...