Escuchando, que no solo oyendo, a mi amigo Juan Antonio (el Profe de Ah de la vida) me ha venido a la mente una ingente multitud de recuerdos de cuando estudiábamos en la biblioteca de manuales de la Facultad de Filología, en la Hispalense: allí, en aquel rincón del alma mater, pasamos muchos de los mejores momentos de nuestra vida académica y personal; allí fraguamos una amistad ( los CINCO JOTAS: Beatriz, Alberto, Alonso, Juanito, Julio) que perdura y se renueva al menos una vez por semana ( como los polvetes de los currantes) ; allí también me enamoré de una niña que hoy es mi compañera de viaje, la persona que me ha dado a mis otras dos razones para seguir en el camino y a la que debería decirle más veces al día que la quiero.
El profundo sosiego de las cosas
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En días de tribulación cuánto consuela la lectura de Séneca, el filósofo de
la serenidad, el autor, precisamente, de las "Consolaciones".
El primer auto...
Hace 2 días
3 comentarios:
Gracias, amigo Julio. Al final, estas anécdotas que iba a contar en la radio no pudieron entrar, porque me hicieron la "encerrona" de leer el poema dedicado a mi mujer por nuestro aniversario y ahí se acabó el hablar de bibliotecas. Pero dejé un comentario en el blog de la radio comentando que me quedé sin hablar de ti, de mi amigo Julio, que conoció a su actual esposa en Manuales (después Teresa leyó el comentario en la radio y Fernando lo glosó, por lo que, finalmente, "entraste" en el programa). Tiempos aquellos tan gloriosos, que forman parte imprescindible de nuestras vidas, que contribuyeron a hacernos lo que hoy somos. Un abrazo, hermano.
Julio, me has puesto los vellos de punta.
Si habéis grabado el programa, me tenéis que paras una copia.
Añadidme en el abrazo.
En fin...
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