¡Salve, vieja guardia de Corps
con caballos de plastilina!
Entre la pluma y la espada,
el silencio alquilado;
entre el silencio y el suelo,
las sucias cuadras italianas.
Como lacayo, Gerión
(por aquello de sus dos cabezas)
y como mamporrero, Dante,
nuestra tropa avanza
en soledad hacia el Tártaro:
La Serenísima quedó atrás.
El Gran Canal, lleno de grafitis submarinos
y lágrimas de látex,
nos despide llorando.
No tenemos pasta para el Vaporetto.
Chistes verdes, negros y marrones
-
El viernes pasado me tocó hacer guardia en un curso de 2º de ESO. Son
chicos de unos doce o trece años. Y, para pasar el rato, decidí hacer un
concurso de ...
Hace 7 horas
1 comentario:
Sí, amigo, hubo dos días, hubo dos. Poesía y verdad I y II. Un fuerte abrazo.
Publicar un comentario