Creo que a veces es más difícil
seguir un camino que encontrarlo
y pedir perdón por gritar
cuando se le han visto las garras
a un lobo que no existe.
Y en el fondo, ¿qué más dan
veinte minutos que sesenta
o tres vueltas que dos?
Nuestra vida no es un microondas
ni un horno convencional:
es una flor que a veces miramos
incapaces de olerla.
Cardo de oro
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Este cardo con sus flores de oro en mitad del yermo, imagen de lo que somos.
Seres abandonados en el desierto del tiempo con corazas de espinas que, de
p...
Hace 2 días